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Gloria Madrid

06 May 2025

La voz digital contra el poder empresarial: “El caso Carozzi y las nuevas formas de resistencia ciudadana”

En la era de las redes sociales, las declaraciones de altos ejecutivos ya no pasan desapercibidas. Lo que antes quedaba circunscrito a círculos empresariales o económicos, hoy se convierte en material de escrutinio público inmediato, capaz de desatar tormentas digitales con consecuencias reales. El reciente caso de Gonzalo Bofill, presidente de Empresas Carozzi, ilustra perfectamente esta nueva dinámica social.

Un discurso que encendió las redes

En abril de 2025, Bofill declaró públicamente que "Chile está recorriendo un peligroso camino de retroceso al subdesarrollo". Lo que quizás fue concebido como una advertencia empresarial, desató una oleada de indignación ciudadana en plataformas digitales, generando más de 1.600 menciones directas en pocos días.

El análisis de estos comentarios, realizado por expertos en inteligencia social, revela patrones significativos sobre cómo los ciudadanos perciben y responden al discurso empresarial cuando este parece desconectado de la realidad experimentada por la población general.

La contradicción que alimenta la crítica

La principal contradicción señalada por los usuarios recae en el contraste entre el pesimismo de las declaraciones de Bofill y los resultados económicos de su propia empresa. Según datos citados en las redes, Empresas Carozzi ha experimentado un aumento de ingresos de más de $560.000 millones entre 2021 y 2024, período que coincide parcialmente con el actual gobierno.

"Es difícil tomar en serio advertencias sobre un supuesto retroceso económico cuando vienen de una empresa que ha crecido exponencialmente en ese mismo período", comenta Carolina Méndez, analista de comunicación corporativa. "Los ciudadanos digitales son cada vez más hábiles para detectar estas disonancias y exponerlas públicamente".

Del teclado al carrito de compras: el boicot como herramienta política

El hallazgo más relevante del análisis revela que un 69% de las menciones relacionadas con el caso Carozzi corresponden a llamados directos al boicot de sus productos. Este fenómeno ilustra cómo el descontento social puede materializarse rápidamente en acciones concretas que amenazan los intereses comerciales de las empresas.

"El consumidor contemporáneo entiende que su poder adquisitivo también es poder político", explica Rodrigo Fuentes, sociólogo especializado en comportamiento de consumo. "Ya no se trata solo de calidad o precio, sino de valores e identificación ética con las marcas que consumen".

Esta tendencia ha generado incluso una búsqueda colectiva de información sobre todas las marcas asociadas a Carozzi, evidenciando una intención de coherencia en la acción de boicot.

Memoria digital: el peso de las acciones pasadas

Un elemento adicional que ha resurgido en esta controversia es el recuerdo del conflicto entre Carozzi y el canal La Red en 2021, cuando la empresa retiró su pauta publicitaria tras la emisión del documental "La Batalla de Chile".

Este episodio, mencionado en un 4% de los comentarios analizados, demuestra cómo la memoria digital permite a los ciudadanos establecer patrones de comportamiento empresarial a lo largo del tiempo, reforzando percepciones negativas sobre actores corporativos.

¿Estrategia discursiva o desconexión con la realidad?

Otro 9% de los comentarios señala que el discurso económico pesimista podría funcionar como una estrategia para justificar políticas laborales cuestionables, como el mantenimiento de salarios bajos.

Esta interpretación sugiere un nivel de sofisticación en el análisis ciudadano, que ya no se limita a rechazar declaraciones aisladas, sino que busca comprender las motivaciones estructurales detrás de ciertos discursos empresariales.

Conclusiones y proyecciones

El caso Carozzi-Bofill representa un ejemplo paradigmático de cómo se está reconfigurando la relación entre empresas y ciudadanía en el contexto digital. Las compañías enfrentan un escrutinio permanente no solo de sus prácticas comerciales, sino también de las posturas públicas de sus líderes.

Este fenómeno plantea desafíos significativos para la comunicación corporativa tradicional, exigiendo mayor coherencia entre discurso y práctica, así como una comprensión más profunda del impacto que ciertas declaraciones pueden tener en un público cada vez más informado y dispuesto a actuar.

Para empresas como Carozzi, la lección parece clara: en la era digital, la reputación corporativa descansa tanto en las acciones empresariales como en las palabras de quienes las dirigen. Y cuando estas últimas parecen contradecir datos objetivos o experiencias compartidas, la respuesta ciudadana puede trascender rápidamente del comentario digital a decisiones concretas de consumo.

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