19 May 2016
Hace algunos días Instagram mostró al mundo su nueva cara, eliminando su clásica cámara modelo “polaroid vintage”, pasando a un estilo más colorido y sencillo.
“Empezamos con lo básico, se quitó la ornamentación y aplanado en el icono. Y llegamos a una opción más brillante y más plana” (Ian Splater, Jefe de diseño de Instagram)
Esta nueva imagen no agradó del todo a sus usuarios, quienes vieron con malos ojos el cambio de imagen.
En sí mismo, la simpleza del icono, agrada. Lo que no termina de convencer es la inclusión de una gradiente de fondo, que viene a reemplazar al antiguo arcoíris del icono, además de esto, los usuarios no perdonan lo genérico que se ve éste. Se ve fresco,sí, pero es otro simple icono que ha adquirido la tendencia actual, sin traer consigo los rasgos y personalidad que hacían especial a su predecesor.
“Creemos que el color debe venir directamente de las fotos y videos de la comunidad. Se quitó el color y el ruido de las superficies donde el contenido de la gente debe tomar el centro del escenario” (Ian Splater, Jefe de diseño de Instagram)
El punto más fuerte de la nueva imagen es la UI, la idea conceptual de la interfaz se cumple de manera ideal, enfocando toda la importancia hacia las imágenes subidas, más allá de las barras de herramientas.
El cambio es difícil, y el ajuste requiere tiempo, sin embargo, es un cambio muy grande y puede ser que haya perdido un poco el “espíritu” de Instagram. Fue una decisión audaz y aplaudo sus agallas, pero se siente que presta poca relación con la “comunidad”, por la cual dice estar inspirado.
En definitiva, entre tantos detractores y defensores, siempre se generará un aluvión de comentarios acerca de un cambio de logotipo en una marca reconocida y adorada. La verdadera prueba será lo que la gente piense sobre el nuevo logotipo dentro de un año, partiendo desde ahora.
Para terminar, la marca es lo suficientemente fuerte como para llevar el cambio de logo. Finalmente, las personas terminarán acostumbrándose a esta nueva imagen.