19 Oct 2016
El ser humano ha evolucionado durante más de 200 mil años adaptándose a su entorno y compitiendo con otras especies. Para ello ha generado conocimientos y tecnologías que le han permitido sobrevivir y desarrollarse. Las tecnologías han permitido comprender la realidad y generar nuevos conocimientos.
Para explicar lo que no podemos comprender de la realidad a través de la percepción hemos creado razonamientos basados en los paradigmas imperantes y en las mediciones que pudiéramos realizar en cada época. Así, por ejemplo, cuando los aborígenes de una tribu africana tenían que contar (o medir), sólo conocían los números: 1 (uno), 2 (dos), 3 (tres) y muchos. Con ello les era suficiente para comprender y explicar su entorno. ¿Cómo sería posible explicar la diferencia entre una manada de 4 elefantes y otra de 20? ¿Era importante? Hoy podemos ver cómo los avances tecnológicos, sistemáticamente, han ido desechando hipótesis y explicaciones que previamente los humanos habían declarado, debido a que con aquellos avances podemos medir nuevas variables, que antes eran absolutamente desconocidas. Así por ejemplo, pudimos descartar la teoría que decía que nuestro planeta era el centro del universo, dar explicaciones sobre por qué se produce un eclipse, las fuerzas electromagnéticas y, hoy en día, la aceleración del universo. Todo ello, gracias a la tecnología, que nos permite percibir y medir mediante diferentes tipos de sensores.
Y para lo que no podemos encontrar explicación, le asignamos sentidos o elementos que no podemos percibir o medir con los sensores, naturales o artificiales, que tenemos en la actualidad. También notamos que ciertas especies o animales, tienen un mejor desarrollo de sus sensores. Por ejemplo, notamos que los perros escuchan ondas que los humanos no. O bien, que ciertas aves pueden ver muy bien en la oscuridad. O también, que los murciélagos perciben muy bien su entorno sin ver… Y muchos etcéteras.
En un futuro muy cercano, tal vez en 5 años más, los avances tecnológicos nos permitirán sentir y medir diferentes aspectos de nuestra realidad. Aspectos que hoy no podemos percibir, ya sea por su alcance, complejidad o amplitud. Así como podemos hablar de la “meta corteza cerebral”, también podremos hablar del sexto sentido, ese que no todos tienen y que nos permite sentir algo que no todos pueden sentir. Estoy seguro que del mismo modo, podremos hablar del séptimo sentido, el octavo… y el sexagésimo sentido… el límite estará dado por nuestra capacidad cerebral de procesar todas esas sensaciones que la tecnología nos permita medir. La dificultad no es medir, comunicar, procesar y visualizar… la dificultad está en los seres humanos que debemos interpretar esas sensaciones que nos transmiten los múltiples nuevos sensores. Los seres humanos con PERCEPCIÓN EXTENDIDA o con sexagésimo sentido.
¿Que piensas sobre esto? ¡Comenta y comparte!